Julian L. Wechselblatt

Liberal, dulce, gentil, galante, ciertamente romántico, un poco misántropo a decir verdad, con un humor en verdad oscuro y a veces un poco sarcástico. Eso podemos decir de Julian.

Le gusta ayudar a los demás cuando se lo necesita, sólo para sentir que le es útil a alguien por algo, porque le agrada que los demás se sientan a gusto y nunca, nunca puede estar sin hacer algo, cuando pequeño –cuando vivía- decían sus familiares que era un maldito crío hiperactivo pero para Julian sólo tiene el “culo inquieto”.

Pero claro, no todos somos perfectos. El chico es ciertamente… eh… Bastante mujeriego. Sí, nunca ha pensado que él tiene que ser exclusivamente de una chica en particular, pero tampoco es que haya tenido muchas parejas a lo largo de su vida. Aunque, eso sí, considera que las mujeres – cada una de ellas- son un regalo de Dios, sí es que hay uno. Sus labios, sus cabellos, su perfume, todo, y por eso se merecen su respeto y todo el aburrido etcétera. Sí, es un poco romántico.

Ese espíritu de querer moverse a cada momento, de querer salir a disfrutar. Bueno, así era era cuando todavía vivía, por eso se fue de casa. Era soñador y un poco rebelde. Nada que unas tundas no lo quiten decía su madre, sólo de broma. No era así.

También Julian tiene un sentido del humor un poco… diferente. Sí, aunque es como una perita bañada en chocolate (?) es un genio en el sarcasmo y a veces le encuentra chiste a cosas que los demás no consideran… divertidas o deseables.

Bueno, tampoco es que le importe mucho lo que opinan los vivos o los muertos o cualquier otra persona. Es desapegado a las relaciones de amistad, no se le hace difícil alejarse de los demás y tampoco es de esas personas que cuando eres su amigo te la pasa abrazando y queriendo, pero a nadie le hace mal un poco de esas cosas ¿no?, así que tampoco tiene problemas con eso de tener amigos o conocidos en proceso de amistad, pero es que como en sus tiempos de vida se pasaba de pueblo en pueblo y ciudad en ciudad las relaciones sólidas se hacían imposibles.

Finalmente, Julian es toda una joya, bañado en dulzura y carisma, con un interior un tanto amargo pero, aún así, es –o era- alguien de confianza, divertido, mujeriego como comenté antes y demás cosas. Para no alargar la charla, dejémoslo así.

Gustos:
Iniciemos por lo más obvio: las chicas. Sí, ya les hablé de eso. También tiene un gusto por los tatuajes –se nota ¿no?- la música, la playa, las guitarras y bajos. También le gusta fumar (lo que venga), Las tocadas (aunque realmente no asiste a una desde hace un tiempo muy considerable), los gorros, cantar porque no lo hace tan mal. Los animales, sobre todo las águilas, y estar afuera.

Disgustos:
La carne porque era vegetariano. Las películas de terror, sí, sí, ¿Qué maduro, verdad?, tampoco le gusta estar quieto en un lugar. Lo detesta. Tiene algo en contra con eso. Tampoco le agrada que le manden, o que se la pasen queriendo estar a su lado.

Miedos o fobias:

Le tiene miedo a las pesadillas, cuando estaba vivo le tenía miedo a morir, pero bueno, ya no, ¿verdad?, ahora le tiene miedo a ir al otro lado porque se siente a gusto, no está listo, Tampoco es alguien que le tenga miedo muchas cosas. ¿Cucarachas? Ya no… ¿ven? No hay muchas opciones, pero sí, las cucarachas le causan algo todavía...

Fortalezas:
A ver, bueno, él no busca venganza y asesinato como otros, también tiene un carisma inédito y es divertido ¿No te convence? Mal por ti.


Debilidades:
Puede llegar a ser muy impulsivo y algo inestable, además de que tiene una forma de ser algo rara y nunca sabes lo que hará.

Manías:
Lamerse los labios cuando está nervioso. Y en vida tenía una obsesión con buscar pedacitos de carne en su ensalada cuando estaba en un restaurante. Nunca se puede confiar. También, sin darse cuenta, se muerde las uñas. Había dejado de hacerlo hacía un tiempo, pero también hace poquito volvió la manía. Y eso de hablar como si estuviese estancado en su década de muerte se le hace imposible de evitar.

Lisa. | Madre.
Lisa, tenía unos veintisiete cuando su hijo llegó al mundo, así que podemos dar por sentado que ahora está muerta porque, debe de estarlo, ¿no?
Hablando de su relación e interacción con Julian, la casa para él era un lugar de represión de su espíritu. Así que se fue más o menos cuando tenía diecisiete.
Lisa y él perdieron el total contacto después de eso.

Matthew | Padre.
Un hombre calmado, bueno y considerado, Julian y él eran como dos gotas de agua, se veían cada tantas semanas cuando el hijo era un infante, puesto a que sus padres se habían divorciado cuando él tenía dos años
Al ser tan parecidos se llevaban bien, bueno pues, un día el chico se fue de casa de su madre y no se dice más, nunca volvió a ver a su hijo, aunque no mantenían contacto desde hacía ya unos meses.

Historia:
Lisa y Matthew, una pareja que parecía estable. Sí, buscaban el tener un hijo, tras muchos intentos pasó lo que tanto ansiaban. La bendición de dios lo llamó su padre. Sí, así era para ellos.

Nació en un hospital del Gobierno, en Ohio, Estados Unidos. Tras trece horas de labor de parto llegó a la vida él, lo cual fue lo más lindo en la vida de ambos.

Cuando Julian cumplió dos años, sus padres se divorciaron. La verdad no tuvo ningún trauma con eso, puesto a que cuando creció era completamente normal pasar la mayoría de los días con su madre y los fines de semana con su padre. Era completamente común. Su padre un día se casó, se volvió a divorciar y Jul nunca vio a su madre tener una pareja estable.

En fin, las cosas no iban de mal en peor, a decir verdad estaban como siempre. Al crecer se podría decir que era un chico un tanto... inadaptado. Eso sí, por alguna rara razón siempre terminaba con alguna chica, tenía unos cuatro amigos igual que él y tocaban algo así como "música" en el sótano de la casa de Julian mientras disfrutaban de los productos que uno de ellos conseguía en la calle, yeah, sir, hierba, algunas otras cosas, nada peligroso.

Entonces, fue cuando cumplió diecisiete. Fue como un "Tengo que hacer algo con mi vida", después de una dura discusión con su madre tomó unas cuantas ropas y las metio en su mochila escolar, agarró dinero en medio de la madrugada, lo tomó del tarro de ahorros de su mamá, y saltó por la ventana, llevándose su guitarra porque, dude, la amaba demasiado así aunque estuviese llena de marcas de bolígrafo.

Bueno, allí inició todo. La verdad, tenía ese espíritu de libertad que se había dado cuenta que nunca había dejado salir a la luz. Se fue en su auto y allí dormia, era como su casa con ruedas, ahí iba con las chicas, ahí tomaba cervezas cuando no tenía nada mejor que hacer y de esa forma, de viaje en viaje, conoció gran parte de los estados.

En fin, conoció a un par de personas que tuvo que dejar en su travesia, conoció a alguna chica a la que le prometió que volveria por ella, pero el destino se lo prohibió, y bueno... La vida dio un giro inesperado.

Murió. Después de unos días estando en el pueblo de Oregón en el que ahora deambula. Estaba sentado en el asiento de conductor de su auto Ford fumando de la buena cuando, de pronto y sin si quiera pensarlo por un instante, una persona -nunca supo porque- acabó con su vida dandole una puñalada en el corazón. ¿Por qué? Jamás lo averiguó, quizás quería el auto, el dinero, lo que fuera. En fin... Ya van unas cuantas décadas desde que sucedió y el chico aún no va al "Otro Lado".

No está listo, tiene cosas por hacer, no quiere... Se puede decir todo y se puede decir nada.

Datos extra: Aunque todas para él tienen una belleza y algo especial, no considera que haya alguna más genuina que la que sepa apreciar el arte del tatuaje. Y mejor si tiene algunos.